sábado, 6 de octubre de 2007

Dicen los que saben 4

Sobre lo difícil que es esto de escribir, sobre todo cuando otros lo consideran como un mero adorno innecesario que decora la rutina de la vida cotidiana:

“Si uno lee la vasta literatura moderna de confesión y autoanálisis, llega a la conclusión de que escribir una obra de genio es una hazaña de dificultad casi prodigiosa. Parece muy improbable que salga entera de la mente del escritor. En general, las circunstancias materiales están en contra. Los perros ladran, la gente interrumpe, hay que ganar dinero, se resiente la salud. Además, acentuando todas estas dificultades y haciéndolas más difíciles de soportar, está la notoria indiferencia del mundo. El mundo no le pide a nadie que escriba poemas o novelas o cuentos; no los necesita. Al mundo no le importa si Flaubert encuentra la palabra adecuada o si Carlyle verifica escrupulosamente este hecho o aquél. Naturalmente, no va a pagar por lo que no desea. Y así el escritor (...) sufre, especialmente en los años creativos de su juventud, todas las formas de desesperación y desaliento. De esos libros de análisis y confesión surge un grito de agonía, una maldición. (...) Si, a pesar de todo esto, aparece algo, es un milagro y probablemente no hay libro que nazca entero y sin daños, tal como fue concebido”.

Virginia Woolf. A Room of One’s Own (Un cuarto propio). 1929. Fragmentos traducidos por Gabriela Villano.


Esta es la autora que una vez dijo, más o menos, que para que una mujer pueda escribir ficción, necesita dinero para mantenerse y una habitación propia. Y tiene razón.


Jung, sin querer, le contesta:

“La vida del artista necesariamente debe estar llena de conflictos, porque dentro de sí lleva dos fuerzas enfrentadas: por un lado, el simple deseo humano de felicidad, satisfacción y seguridad en la vida, y por otro, una pasión despiadada que puede llegar al punto de pasar por encima de todos los deseos personales... Casi no hay excepciones a la regla de que una persona debe pagar muy caro por el don divino del fuego creativo.”

Carl Jung. Modern Man in Search of a Soul (El hombre moderno en busca de un alma). 1933.


Ahora yo pregunto: ¿Cuál es el precio que estarías dispuesto a pagar por tu arte? ¿Cuánto estás dispuesto a dar para volver a un viejo amor?

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