jueves, 25 de agosto de 2011

Feliz cumpleaños, blog



2007 = 18 de agosto = 2011

CUMPLIMOS CUATRO AÑOS

DE ESFUERZOS SOSTENIDOS PARA LA COMUNIDAD CUENTERA


Los cuentos del Villano
Parte de una experiencia.
parte de la comunidad.

OFRECEMOS ALGO DE VALOR PARA LA GENTE


Nos leen en Argentina, Colombia, México, Estados Unidos, España, Reino Unido, Chile, Venezuela, Perú, Alemania, Ecuador y China. No hay nada que hacerle, hay villanos en todas partes del mundo.

Gabriela Villano coordina el ciclo:

“Colectivo de Cuentos”
(Narración oral para adultos)

Diferentes estilos y repertorios para alegrarte la tarde
con cuentos variados.

Próximas funciones:

Sábado 10 de septiembre a las 18:
Pedro Parcet, Giselle Rataus y Gabriela Villano

Sábado 24 de septiembre a las 18:
Ivanna Rosselli, Inés Perla y Gabriela Villano

En Chalmers Resto bar
Niceto Vega 5248, (SUM del fondo)
Palermo Soho, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

A la gorra.

Cuentos por el mundo 36

Aviso a la comunidad cuentera:

Por los tiempos y el volumen de trabajo que manejamos para editar este blog, solicitamos a los interesados en difundir aquí sus encuentros o festivales institucionales de narración oral, tanto nacionales o internacionales, que envíen la información, como máximo, hasta el día 20 del mes anterior al evento en cuestión. Muchas gracias.


El 16 y el 17 de septiembre de 2011 se realizarán, en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, las XI Jornadas “La Literatura y la Escuela”, en homenaje a María Elena Walsh, organizadas por la Asociación Civil JITANJÁFORA., redes sociales para la promoción de la lectura y de la escritura. La convocatoria se encuentra abierta a docentes, directivos, bibliotecarios, animadores y mediadores culturales, ilustradores, libreros, narradores orales, estudiantes y público en general.

Al igual que en las anteriores ediciones, se realizarán conferencias, encuentros con autores e ilustradores, presentaciones de libros, rondas de lectura, narraciones orales, proyecciones, feria del libro especializada, sorteos y talleres de capacitación. Informes e inscripción:



 
Del 23 al 27 de noviembre de 2011 se llevará a cabo en La Habana, Cuba, el Encuentro Internacional de Narración Oral "Cuenta Habana". Habrá mesas redondas, espacios de reflexión, talleres de capacitación, contadas en espacios comunitarios, rondas de cuentos, espectáculos, etc. Informes: claudiocuentos@gmail.com


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Reflexiones: la Historia como relato

El pasado se construye como un relato condicionado por la ideología y la actualidad. Según el narrador y ensayista Horacio Vázquez-Rial, la historiografía tiene pasadizos que conectan con la ficción.


 
“La historia no es una sucesión de acontecimientos, sino un relato.

“Hay quien concibe la Historia, con mayúscula, como ciencia. Esa es la idea dominante y con ese criterio se enseña en las universidades, donde también se dice que su objeto es el pasado. Yo abrigo serias dudas, tanto respecto del carácter científico de la materia, como de su objeto.

“La historia deviene ciencia cuando los historiadores deciden fundar toda su actividad en los documentos, entendidos por tales cualesquiera vestigios del pasado de origen comprobable. Pero el documento no siempre es fiable ni suficiente. Y, de hecho, grandes porciones del pasado han sido construidas en su conjunto a partir de muy escasos elementos. Contamos, por ejemplo, con una reducida porción de las tragedias y las comedias que se escribieron en la Grecia antigua, y lo mismo sucede con los textos de los filósofos. Eso sí: aquellos que poseemos han tenido una enorme influencia sobre su posteridad, en gran medida porque se los ha leído (o representado) una y otra vez a lo largo de los siglos, obteniendo de ellos en cada ocasión nuevas iluminaciones y novísimas interpretaciones; lo que equivale a decir que han sido releídos a la luz de diversos presentes. (...) El pasado, ese pasado, el histórico, está lleno de presente.

“Heisenberg estableció, para las ciencias duras, que la mera presencia de un observador altera las experiencias de laboratorio. Las llamadas ciencias blandas, sociales o del hombre, en cuyo marco se debe inscribir la Historia, se construyen casi exclusivamente sobre la experiencia del observador. Quien, además, es un narrador, con todo lo que ello implica: subjetividad, punto de vista, selección de escenas o momentos mas o menos importantes y, por supuesto, ideología. Es el historiador, el narrador, el que elige y desarrolla, exactamente igual que se escribiera una novela, aunque al amparo del documento.
(...)
“... todo lo que sabemos sobre los antiguos galos se debe a Julio César. No es Heródoto quien orienta a Schliemann en la búsqueda de Troya, sino Homero, (...) los dos son padres de la Historia: los dos narradores.

“Y es que la historia no es una sucesión de acontecimientos, sino un relato; bien que de acontecimientos del pasado pero escogidos con criterios del presente. No hay que preocuparse por ello, puesto que lo que se busca no es reconstruir el pasado, sin obtener de lo que se sabe y de lo que se va sabiendo del pasado, una verdad. El pasado no es restituible, en la misma medida en que no es restituible el tiempo. (...)

“En ese sentido, la cartografía es también un relato. Posee otro de los rasgos de la ficción: representa a escala y es cambiante y perfectible. Norte y Sur, Este y Oeste, son convenciones: Buenos Aires está al oeste de África, pero también está al este del mismo continente. Y está al sur de Brasil únicamente porque decidimos llamar sur a esta parte del planeta y la europeidad de los mapas ha puesto el norte arriba en los globos que figuran el mundo.

“Todo esto me parecería un asunto especulativo y vano, de no ser porque narrar es imponer un orden a lo real, y ese orden, como mencioné de pasada más arriba, es ideológico. No importa de qué ideología se trate, (...) si existe una historia en la que es posible negar determinados hechos, todos corremos el riesgo de hacer lo mismo en más de un momento.

“De ahí que descrea de la expresión ‘memoria histórica’ y de la práctica de ella derivada. O hablamos de memoria, que es un proceso individual, selectivo y lleno de olvido, porque sin olvido no sería posible vivir, o hablamos de historia, que es algo del todo distinto: un proceso colectivo, de estudio y acumulación, en el que tiene un papel central la lucha contra el olvido, el olvido en general, y no en especial el olvido de la injusticia, en cuya función se ha acuñado la fórmula. La lucha mediante la cual se procura que determinadas injusticias no sean olvidadas, y hasta que de su recuerdo surjan compensaciones, es una lucha que, por prolongada que parezca, no afecta en cada caso más que a una o dos o tres generaciones: se mide en las categorías temporales de la vida individual. La historia, en cambio, no está llamada a la reparación, sino a la constancia, a la integración de cada experiencia en el conjunto de toda la especie.

“Si se pretende que la historia dé fe de algo, hay que reelaborar la memoria. Ninguna fuente es menos precisa que la oral, y sólo rinde un fruto apreciable en la medida en que las voces atendidas sean muy numerosas y sea posible apuntar con certeza a las contradicciones y a las coincidencias de protagonistas y testigos.”


Fragmentos de una nota titulada “La historia canta en presente”, de Horacio Vázquez-Rial, publicada en la Revista Ñ del 28 de febrero de 2009, pág. 17.

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Dicen los que saben 51

Fragmento de una entrevista al actor Alfredo Alcón:

–¿Cómo puede aportar el arte a mejorar el país o el mundo?

–La función social es inherente al arte. La búsqueda de la belleza es la búsqueda de la justicia. No puede haber belleza si no hay justicia. La hay, pero a pesar de la injusticia. Uno dice, «¿cómo podés ponerte a escribir un poema mientras está pasando lo de Haití, por ejemplo?». El arte tiene que hacerte afinar el alma, te hace tener más nostalgia de un mundo donde el otro sea tan importante para vos como vos mismo, y donde la injusticia sea vergonzosa, donde te dé vergüenza estar haciendo teatro, saber que después salís y vas a cenar, sabiendo que hay personas que no tienen para comer. Uno se acostumbra a la injusticia, en lugar de estar continuamente acuciado por el hecho de que mientras haya injusticia uno no podría estar tranquilo. Por eso uno cree en la alegría y no en la felicidad. Uno puede estar alegre en un momento y no saber por qué pero es un rato. Esos son los momentos donde uno se acerca a la alegría. Pero la felicidad sería un estado fuera de la realidad, tuyo solamente, cerrado, mirándote a vos mismo o lo que te conviene de vos mismo, en un lugar donde no prestes atención ni a tus propias necesidades. Es difícil de explicar, por suerte los poetas dicen con síntesis, con hondura y con belleza lo que uno tartamudea. Nosotros podemos estar toda la vida tartamudeando y no nos va a salir, y ellos de pronto con una frase sintetizan estos pensamientos. Hay un texto de Eduardo Galeano que se llama «La función del arte», que dice que un niño no conocía el mar y un día le pide a su padre que lo lleve a conocerlo y éste lo lleva. Antes de llegar a la playa tienen que pasar unos médanos y de pronto ante los ojos del chico aparece aquella inmensidad, con aquellas olas enormes a lo lejos y pequeñas en las orillas, los sonidos, los olores, todo ese mundo en movimiento. Entonces el chico le dice al padre: «Papá, ayúdame a mirar». Esa es tal vez la función del arte, ayudar a mirar.

Fragmentos de una entrevista realizada por Natalia Concina a Alfredo Alcón en 2010.
Fuente: Revista Acción
Más información: www.acciondigital.com

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Cuidemos el idioma 40

 EN LA LENGUA SE JUEGA LA IDENTIDAD. ESCRIBE ÁNGELA PRADELLI.

TODO BUEN PROFESOR SABE QUE, EN EL AULA, CUANDO EL LENGUAJE CIRCULA CON VIDA ENTRE DOCENTES Y ALUMNOS, SE CONSTRUYE UNA VISIÓN DEL MUNDO SOSTENIDA EN LA SUBJETIVIDAD DE CADA UNO. LA LIBERTAD ES ENTONCES LA HERRAMIENTA CLAVE DEL APRENDIZAJE.


Hace cinco años (N. de la E.: esta nota se publicó originalmente en abril de 2010), en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebró en Rosario, escuché a un poeta, el escritor nicaragüense Ernesto Cardenal, afirmar respecto a la muerte de las lenguas: "Cuando una lengua desaparece, no son sólo palabras las que se pierden. Cuando se muere una lengua, es una visión del mundo lo que desaparece". Partiendo de Cardenal, podemos llegar también a la otra orilla y preguntarnos: para que la lengua viva en las aulas,¿qué es lo que se enseña y qué se aprende?

Los profesores, en nuestras clases, tenemos que valorar la vacilación de la lengua como algo sagrado, preservarla en lo insondable de la materia que enseñamos. Escribir una oración breve puede ser una operación compleja y dificilísima. Se ponen en juego no sólo la circulación de las palabras, también los silencios, las jergas, la cadencia, el fraseo. El lenguaje corre allí con su energía creadora. La polisemia de la lengua es casi permanente: es imposible hablar sin matices, es imposible desatender a la vitalidad de ciertas frases y tonos. Los acentos de un poema nos revelan un mundo y nos ocultan otros. La intensidad de una prosa que nos afecta puede perturbarnos.

Los alumnos que leen y escriben poesía en el aula se acercan al secreto más misterioso de la creación. Cuando los estudiantes elaboran argumentaciones y construyen relatos hablan también, siempre, de su propia identidad. Vivimos en un mundo que se desborda de señales, que está repleto de mensajes. Cada gesto, cada color, las posturas, incluso los silencios tienen algo para decirnos.

Pero necesitamos las palabras para cargar a cada uno de ellos de cierta significación. El punto y las comas marcan la respiración de nuestras enunciaciones. Cuando los alumnos construyen sus textos, orales o escritos, deciden también, en la compleja red de la sintaxis, dónde acontecerán sus propios silencios. En la construcción de textos los silencios ya no son sólo límites del lenguaje. En el silencio se oye el eco de la palabra que está presente incluso allí, en su ausencia.

El lenguaje tiene reflejos a partir de los cuales se instala en la creación. Los discursos que acontecen en el aula, los discursos de los otros y los propios, laten en la capacidad de su propia invención. Nada queda fuera: los enunciados de los medios, las conversaciones entre amigos y con las parejas, los mensajes de las autoridades de la escuela, la historia, la filosofía, el cine, la matemática, los blogs, el chateo, los muros del Facebook, los mensajes de texto, las canciones.

Nuestros enunciados, personales y también sociales, nuestros discursos amorosos, profesionales, los diálogos entre alumnos y docentes, cualquiera de nuestros discursos opera sobre una gramática compleja y traza un mapa de nuestra subjetividad. En los pliegues más remotos de nuestra intimidad hay elementos sociales y públicos que inciden en ella y la determinan. Es imposible no oír las distintas lenguas que circulan dentro de la misma lengua.

La riqueza de una clase puede ser ilimitada si valoramos los espacios de los diálogos "interlinguales". La capacidad del lenguaje es tremenda. Por la lengua construimos una mirada personal sobre el universo, nuestra propia humanidad depende de nuestras palabras. La respuesta a qué se enseña y qué se aprende en las clases de lengua la encontramos también en aquel poeta nicaragüense cuando en Rosario habló de la vida de las lenguas. Hacia allí van los aprendizajes, hacia la construcción de una visión del mundo. En el aula, cuando el lenguaje circula con vida entre alumnos y profesores -en las bocas, los cuadernos, las pantallas- se construye, sobre todo, una visión del mundo.

Aunque por momentos, o quizás por eso mismo, el lenguaje se ponga imposible y nos haga balbucear a todos con una lengua de trapo. "Tropezamos, dice George Steiner, en ocasiones visceralmente con impalpables pero rígidos muros de lenguaje. El poeta, el pensador, los maestros de la metáfora, hacen arañazos en ese muro. Sin embargo, el mundo, tanto dentro como fuera de nosotros, murmura palabras que no somos capaces de distinguir."

La intensidad de las palabras que se dicen puede ser tan potente como el vigor de las palabras que se callan. Los que hemos hecho de la lectura y de la escritura los ejes de los aprendizajes, construimos las clases sobre estas dos columnas que nos sostienen y nos permiten atravesar con nuestros alumnos los umbrales siempre infinitos que nos internan en el nervio de las palabras, en la ambigüedad, y también en la música, los sonidos y en el silencio.

Por: Angela Pradelli.
Fuente: Clarín. Semana del 23 de abril de 2010. Más información: http://www.clarin.com/. Gacemail. TEA.

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Cine cuentero 27: El mundo imaginario del Doctor Parnassus


Películas que hacen referencia a los narradores orales o al arte de narrar.


Después de muchos comentarios de visitantes del blog y fanáticos del cine, cuentero y del otro, por fin se dieron las circunstancias necesarias para que pudiéramos ver esta obra que tanto interés ha generado entre nuestros seguidores.

El mundo imaginario del Doctor Parnassus es una película fantástica estrenada en 2009, escrita y dirigida por Terry Gilliam (Brazil, 12 Monos, Los Hermanos Grimm – ver Cine Cuentero 14). Se hizo famosa por ser la última película en la que trabajó el actor Heath Ledger, fallecido durante el rodaje.

El Dr. Parnassus (Christopher Plummer), una mezcla de Matusalén y Fausto, encabeza una compañía estrafalaria de teatro itinerante. Durante sus funciones marginales, hace pasar a miembros del público a través de un espejo mágico en su teatro ambulante, para que cada uno haga un viaje por su propia imaginación. Este mundo onírico está impulsado por el poder mental del Dr. Parnassus en trance, quien dentro de ese universo los hace elegir entre un estado de iluminación (al estilo budista) o uno de ignorancia gratificante (al estilo hedonista).

En un momento de la película, el Dr. Parnassus le cuenta a su hija Valentina que hace unos cuantos siglos atrás, él regía un monasterio perdido en las montañas, en el cual los monjes narraban historias eternamente, para que el mundo siguiera existiendo como tal. Hasta que un día llegó el Sr. Nick (Tom Waits), también conocido como el Diablo, y como no podía ser de otra manera, introdujo el caos en ese monasterio, sellando las bocas de los monjes narradores. De todas formas, el mundo siguió existiendo, según Parnasuss, porque otras historias se seguían contando en otros sitios. En el comentario del DVD, el director Terry Gilliam afirma que algunas personas creen que en el mundo solo hay siete clases de narraciones. Será cuestión de descubrir cuáles son, ¿no?

Como al Diablo no le gusta perder, el Sr. Nick desafió al Dr. Parnassus, a ver quién conseguía captar más almas: el que los hacía desear historias imaginarias (el Dr. Parnassus) o el que les generaba deseos hedonistas (el Sr. Nick). No les vamos a contar quién ganó esa apuesta. Van a tener que ver esta película que, entre otros temas, cuenta la historia de un anciano con una imaginación sumamente vívida que habita en un mundo en el cual la gente ya no escucha.


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Cuentos narrados



Leyenda pampeana de la piedra movediza de Tandil. Adaptación narrada por Gabriela Villano.

Fuente original: Leyendas argentinas, Neli Garrido de Rodríguez, recogida por Esteban Ierardo.