sábado, 27 de octubre de 2012

Bienvenidos a los cuentos del Villano


¿Qué son los cuentos?

Son seres delicados, fugaces y para nada inocentes que nos permiten recuperar nuestra historia y, por lo tanto, nuestra identidad, a través del don de la palabra. Cuando uno cuenta un cuento, de alguna manera, se cuenta. Los cuentistas y los narradores orales trabajamos para ellos, los cuentos.

¿Qué es un contador de cuentos?

“Soy un narrador de historias, un tejedor de sueños. Puedo bailar, cantar y, si el clima es adecuado, me puedo parar de cabeza. Sé siete palabras en latín, tengo un poco de magia y un par de trucos. Conozco la forma correcta de dirigirse a un dragón; puedo pelear sucio, pero no limpio. Una vez me tragué treinta ostras en un minuto. No soy doméstico, soy un lujo y, en ese sentido, soy necesario.”

Lo dijo Jim Henson (el papá de los Muppets) en su programa de televisión El contador de cuentos (The Storyteller), 1988.


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Cuentacuentos en el Museo

Cuentos, mitos y leyendas de la tradición oral, en el Museo Etnográfico

Amalia Flores, Geraldine Ricau y Gabriela Villano

Domingo 11 de noviembre a las 16:30 hs. (puntual) 

Moreno 350, Ciudad Autónoma de Buenos Aires 
entre Balcarce y Defensa, a dos cuadras de Plaza de Mayo

Actividad a la gorra, para toda la familia
(recomendable para niños a partir de 5 años)


La Literatura Infantil y Juvenil, y los cuentacuentos

Esta es una nueva sección con entrevistas a narradores orales que cuentan cuentos para niños y adolescentes. En esta oportunidad, Alicia Serra ha tenido la gentileza de contestar nuestras preguntas.


1. ¿Qué tipos de cuentos te gusta narrar para niños?
A los chicos les gusta los cuentos de terror, fantasmas y esas yerbas, aunque a las chicas todavía les llama la atención cuentos más románticos.

2. ¿Y para adolescentes?
A los adolescentes me gusta contarles cuentos que hablen de realidades sociales, algo de historia con magia que los atrape.  

3. Mencioná tres cuentos que te guste narrar para niños. (Elijo el tres por tratarse de un número mágico en los cuentos de hadas. Siete me parece un abuso.)
“La casa gris”
“El desbravador de mulas”
“El hombre sin cabeza”

4. ¿Qué tienen de especial para vos? ¿Por qué los narrás?
“La casa gris” es un cuento de fantasmas que atrapa tanto a los escuchas como al que cuenta.
“El desbravador de mulas” tiene mucho del amor entre padre e hijo, de descubrimiento, de crecimiento.
“El hombre sin cabeza” es un cuento de terror que pone los pelos de punta.

5. ¿En dónde se pueden encontrar estos cuentos? Si están en libros, indicá título y autor.
“La casa gris” - Canela
“El desbravador de mulas” - Jorge Accame
“El hombre sin cabeza” -  Ricardo Mariño

6. Mencioná tres cuentos que te guste narrar para adolescentes.
“Tamara vuela dos veces”
“El amante fantasma”
“Tejiendo la fortuna”

7. ¿Qué tienen de especial para vos? ¿Por qué los narrás?
“Tamara vuela dos veces” - cuento de la dictadura, los adolescentes han oído y oyen hablar del tema, pero es bueno presentarlo desde el cuento, donde la imaginación de ellos está a pleno.
“El amante fantasma” - es de terror, me gusta y gusta.
“Tejiendo la fortuna” - presenta una realidad social de ciertos países de Latinoamérica que pega fuerte en las adolescentes.

8.  ¿En dónde se pueden encontrar estos cuentos? Si están en libros, indicá título y autor.
“Tamara vuela dos veces” - Galeano
“El amante fantasma” - Elizabeth Bowen
“Tejiendo la fortuna” - Ángeles Mastretta

¿Querés incluir algún comentario o alguna anécdota de algo que te haya pasado al narrar estos cuentos?
Después de contar “Tamara vuela dos veces” y también “Tejiendo la fortuna” los chicos me preguntaron si todo lo que había contado era verdad.

Alicia Serra
Dirección de contacto: palabrera@yahoo.com.ar


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Dicen los que saben 61


Frases de Guy De Maupassant

Un beso legal nunca vale tanto como un beso robado.

El amor es siempre amor, venga de donde venga. Un corazón que late con su acercamiento, un ojo que llora cuando se va, son cosas tan raras, tan dulces, tan preciosas que nunca deben ser despreciadas.

Nuestra memoria es un mundo más perfecto que el universo: le devuelve la vida a los que ya no la tienen.

Hay, en todo, algo inexplorado, porque estamos habituados a no servirnos de nuestros ojos, sino con el recuerdo de lo que se ha pensado antes que nosotros sobre aquello que contemplamos.



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La Literatura Infantil y Juvenil, y los cuentacuentos

Inauguramos esta nueva sección con entrevistas a narradores orales que cuentan cuentos para niños y adolescentes. En esta oportunidad, Giselle Rataus ha tenido la gentileza de contestar nuestras preguntas.

1. ¿Qué tipos de cuentos te gusta narrar para niños?
No tengo un género en particular, narro tanto populares como literarios. Según la edad, siempre cuento alguno de terror. Trato que sean dinámicos, muchos de ellos tienen alguna canción. La selección la realizo según el grupo.

2. ¿Y para adolescentes?
Para adolescentes en general elijo cuentos literarios, suspenso o terror y siempre uno de amor. Cuando elijo populares, suelo contar alguno de Pedro Urdemales (de pícaros).

3. Mencioná tres cuentos que te guste narrar para niños. (Elijo el tres por tratarse de un número mágico en los cuentos de hadas. Siete me parece un abuso.)
"El Rey Mocho", cuento popular suelo contarlo para chicos de Inicial, 1º y 2º ciclo de primaria.
"El día que las abuelas perdieron la memoria", Inicial y 1º ciclo.
"El par de zapatos", 2º ciclo.
"La muerte se hospeda en El Blanqueado", 2º y 3º ciclo.
"La hormiguita y el granito de maíz", cuento popular mexicano, Inicial y 1º ciclo.
"La leyenda del Boriquén", 1º y 2º ciclo.
"La tumba del monstruo", 2º y 3º  ciclo.
Cambio constantemente de cuentos.
 
4. ¿Qué tienen de especial para vos? ¿Por qué los narrás?
Fundamentalmente, porque me divierten y, en algunos de ellos, los chicos participan y cantan conmigo, o son de acumulación y lo contamos entre todos.

5. ¿En dónde se pueden encontrar estos cuentos? Si están en libros, indicá título y autor.
"El día que las abuelas perdieron la memoria", de Oscar Salas (escritor e ilustrador cordobés). Libro del mismo título.
"El par de zapatos", de Pierre Gripari.
"La tumba del monstruo", de Franco Vaccarini (libro La mecedora del fantasma).
Los demás son leyendas o cuentos populares.

6. Mencioná tres cuentos que te guste narrar para adolescentes
"Love Story", una historia de amor cubana.
"La Promesa", cuento de terror.
"La tala de árboles en la isla Salomón", relato.

7. ¿Qué tienen de especial para vos? ¿Por qué los narrás?
Son cuentos que tienen ingredientes que atraen a los jóvenes, ya sea porque se identifican o porque los mantienen en vilo.

8.  ¿En dónde se pueden encontrar estos cuentos? Si están en libros, indicá título y autor.
“Love Story”, de Abel Prieto, del libro Cuentos de amor cubanos.
“La promesa”, de Lafcadio Hearn, de la Antología del cuento extraño.
"La tala de árboles en la isla Salomón", relato de Robert Fulghum

¿Querés incluir algún comentario o alguna anécdota de algo que te haya pasado al narrar estos cuentos?

En el año 2000, fui a una escuela secundaria para narrar cuentos de autores del siglo XX a adolescentes de 4º y 5º año. Cuando terminé de contar, un jovencito se me acercó y, charlando, me dijo que le había encantado cuando puse el árbol en escena durante el cuento de las islas Salomón. Le dije: "No puse ningún árbol" y me contestó: "Pero yo lo vi".

Más de una vez, cuando narro “El día que las abuelas”, saco una almohada y les digo a los chicos que yo coloco mis cuentos allí. Una vez en Uruguay, luego de una función para la familia en un teatro, una mamá con una nena se me acercó y me dijo que su hija  me había visto en su escuela, y me pedía si tenía la almohada conmigo porque la nena quería escuchar un cuento en ella. Al entregarle la almohada, la niña se la llevó hacia una esquina y se quedó con la oreja apoyada. Al volver, le pregunté si la almohada le había contado alguna historia y comenzó a narrar. A la mamá se le caían las lágrimas y me comentó que la nena hablaba muy poco.

Giselle Rataus

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Reflexiones: La literatura es curativa


Fragmentos de una entrevista a la escritora Nicole Krauss realizada por Marina Mariasch.

(…)
—¿Qué es aquello que encuentra en textos de otros que los hace interesantes? ¿La dinámica, lo sorpresivo, aquello que hace a la literatura en el texto?
—Para mí, lo que hace interesante a la buena literatura son muchas cosas, pero lo primero que me viene a la mente es la idea de que, en algún sentido, uno puede reconocerse a sí mismo, no quién es exactamente, pero sí la esencia de quién es, y eso, al mismo tiempo, nos da un sentido de revelación, una suerte de reconocimiento de la realidad. Poder leer una frase en un párrafo de un libro y sentir "Dios, esto es exactamente lo que yo siento". Siempre sentí eso, no sé, es como sentir, por ejemplo, estar caminando por una calle oscura en la noche, y ver una luz en una ventana. Uno está solo y desearía estar adentro. Y, al mismo tiempo, el libro nos brinda una increíble revelación. Para mí es una extraña combinación.

—¿Entonces encuentra ese efecto más bien en el nivel del sentido que en el de la forma?
—Bueno, podría pensar sobre esto durante horas, y por supuesto que nunca es una sola cosa. El sentido y la forma están, ambos, siempre, al servicio de su literatura, de sus metas. La buena escritura, o la bella escritura, no aportan realmente nada, no valen en sí mismas. Uno puede decir "qué lindo, qué adorable", pero no suma finalmente nada excepto que esté trabajando al servicio de algo más grande, en pos de una idea mucho más ambiciosa. La buena literatura es diferente en cada caso, es una exploración sobre la humanidad. Para mí, se trata de llegar a lugares a los que es muy difícil llegar, para mí misma, y supongo que finalmente también para los lectores, y no siempre los libros nos llevan a los lugares que usualmente queremos y, al mismo tiempo, nos desesperamos por llegar ahí. Necesitamos, sí, buen lenguaje, formas interesantes, originalidad y todo ese tipo de cosas, pero hay más herramientas para ayudarnos a hacer esta idea más grande.

—Lo que dice suena de alguna manera cercano al psicoanálisis: lleva a lugares adonde uno no quiere llegar pero tal vez necesite alcanzar.
—Sí, lo sé, podría disfrutar más las sesiones de terapia. Adoro leer un buen libro, una buena historia. No es medicinal, quiero decir, no en el sentido de la terapia. A nadie le gusta tener que curarse a uno mismo, o pensar en que tiene problemas. Creo que leer es un increíble medio para curarse a uno mismo. Leyendo una buena historia que te entretiene, donde te perdés en los personajes, te vas de viaje, te reís, llorás, todo al mismo tiempo y, en otros niveles más profundos, si se trata de un muy buen libro, hasta genera renovaciones en tu persona, en quién sos, en abrir puertas que no han sido abiertas por años, o décadas, o desde siempre. Puede ser revelador, pero no es tan doloroso porque no estás siempre consciente.

—¿Entonces piensa que la literatura, en línea con Boecio, puede brindar cierto consuelo?
—Yo creo que la literatura puede ser curativa. Bueno, tal vez finalmente no cura, tal vez sea una ilusión. Quisiera no creer en que lo sea, pero creo que permite sentir que uno está conectado con otras personas. Pienso que en nuestro mundo, siempre, pero especialmente hoy, hay una gran soledad, un enorme sentimiento de no saber cómo conectarse o conocer a otra gente, de estar algo perdido. Leyendo se genera una profunda relación e intimidad con el escritor y con los personajes y sus vidas, y eso es una suerte de cura. No digo que uno siempre se sienta mejor al finalizar un libro, pero siempre pienso que uno aprende acerca de la empatía, de la compasión, de cómo ser con otras personas. Y es extraño, porque en general uno está solo cuando lee.

Fuente: Clarin.com, 30 de junio de 2010.


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Cuidemos el idioma 51


LENGUAS EN RIESGO. HABLAR EL MISMO IDIOMA QUE SUS PADRES Y ABUELOS ES, PARA MILES DE ARGENTINOS, UNA PRÁCTICA EN EXTINCIÓN. LA DISCRIMINACIÓN EN LAS AULAS Y EL DERECHO A LA IDENTIDAD.

Tercera parte

LA EDUCACIÓN BILINGÜE

Ante este panorama (ver los dos artículos anteriores de esta serie), tanto la Unesco como organizaciones sociales, indígenas y de derechos humanos vienen promoviendo la aplicación de políticas de Educación Intercultural Bilingüe (EIB), vista como una herramienta indispensable –pero no única– para conservar las lenguas naturales. La ley de Educación Nacional 26.206 reconoce a la EIB como «la modalidad del sistema educativo de los niveles de Educación Inicial, Primaria y Secundaria que garantiza el derecho constitucional de los pueblos indígenas, conforme al artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional, a recibir una educación que contribuya a preservar y fortalecer sus pautas culturales, su lengua, su cosmovisión e identidad étnica; a desempeñarse activamente en un mundo multicultural y a mejorar su calidad de vida» (artículo 52).

Sin embargo, investigadores, actores de la comunidad y docentes denuncian los déficits que tiene el sistema en materia presupuestaria y de capacitación. Un ejemplo de ello es el trabajo realizado por un grupo de investigadores del Centro de Documentación, Capacitación y Asesoramiento de Pueblos Indígenas (CEDCAPI) en Santa Victoria, provincia de Salta, donde conviven distintos grupos étnicos (wichi, chulupí o nivaklé, chorote y toba).

«El grupo de edad de 2 a 5 años es monolingüe en alguna de las lenguas vernáculas. La situación de bilingüismo comienza cuando los niños ingresan al sistema escolar, a los 6 años. A partir de ese momento el español se constituye en la segunda lengua», describe el informe. El choque entre ambas lenguas y culturas genera una situación marcada por el «desgranamiento, la repitencia y la deserción escolar», denuncian.

«Este sistema posee un alto nivel de tensión y dificultad originado, entre otros aspectos, porque está ubicado en un contexto de extrema pobreza, no contempla la lengua y cultura de los educandos, cuenta con docentes con una formación monocultural que contrasta con una realidad donde las aulas se caracterizan por ser plurilingües y se registra un significativo abandono institucional (tanto de los alumnos como de los docentes)», describen.

«La Educación Intercultural Bilingüe es un gran tema de discusión entre las organizaciones sociales, indígenas y el Gobierno», analiza Luis Wamaani, coordinador del área de Pueblos Originarios del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), y organizadora de los últimos Congresos de las Lenguas. «Cuando el Gobierno impulsó la reforma de la Ley de Educación, las organizaciones reclamaron la sanción de una ley intercultural, pero el reclamo no fue escuchado. Sólo se incorporó un artículo (el 52)», explica.

«Hoy, las políticas de educación se reducen a la traducción de contenido de la lengua originaria al español y no se promueve la enseñanza a través de la propia lengua y su cosmovisión del mundo. Los auxiliares bilingües terminan siendo traductores y en muchos casos, porteros de las instituciones», señala.

Fragmentos del artículo de Elisabet Contrera. Fuente: Revista Acción. Abril de 2011.
Más información: www.acciondigital.com


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