lunes, 27 de junio de 2011


Gabriela Villano coordina el ciclo:

Colectivo de Cuentos

(Narración oral para adultos)


Diferentes estilos y repertorios para alegrarte la tarde
con cuentos variados.

Sábado 9 de julio a las 18:
Ana María Cherñak, Alejandra del Bueno,
Lili Meier y Gabriela Villano


En Chalmers Resto bar
Niceto Vega 5248, Palermo Soho, CABA.

A la gorra.

Cuentos por el mundo 35

Se encuentra abierta la convocatoria para el III Encuentro Internacional de Cuentacuentos “Cuéntamelo 2011", que se llevará a cabo del 21 al 26 de noviembre de 2011 en Lima, Perú.

Se realizarán funciones itinerantes y talleres. Los interesados en recibir los requisitos para poder participar, escriban a mcuba@britanico.edu.pe con copia a bborja@britanico.edu.pe hasta el viernes 27 de agosto del 2011.

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Reflexiones: los medios y el artista


“Yo veo lo que hago como un esquema de cuatro círculos concéntricos. El círculo mediático es muy importante, pero es el más externo. Luego viene el laboral: me gano la vida con esto y, como un trabajo, me interesa hacerlo dignamente y cobrar bien. El tercero es el artístico: la canción es mi género, y lo voy desarrollando a lo largo del tiempo, practicando y estudiando, como si fuera un karateca o un médico. Quiero escribir cada vez mejor. El más interno de los círculos es el personal: la canción, además de una forma de ganarme la vida, es un medio de desarrollo personal, me sirve para conocerme, me acompaña, es una descarga, un estimulo, también un agobio. Te repito: lo mediático es lo exterior. Si fuera un genio, no necesitaría hacer entrevistas, pero no soy ingenuo; sé que si desaparezco de los medios de difusión, poco a poco desaparezco también de las disquerías y de la taquilla de los conciertos. Y uno canta para que lo escuchen”.

Jorge Drexler, músico.


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Dicen los que saben 48

Sobre la creación artística:

“Considero que para hacer algo en el mundo se ha de sentir amor al riesgo y a la aventura y, sobre todo, saber prescindir de eso que el pueblo y las familias burguesas llaman ‘porvenir’”.

“Las obras deben ser concebidas con fuego en el alma, pero ejecutadas con frialdad clínica”.

“Me siento en la necesidad de alcanzar el máximo de intensidad con el mínimo de medios”.

“Al cabo de un tiempo de estar trabajando en un lienzo, puedo sentir cómo me estoy empezando a enamorar, con el amor que nace de la comprensión lenta.”

Trato de aplicar colores como palabras que forman poemas, como notas que forman música”.

“No creo que el arte haya llegado a ningún callejón sin salida. El hombre siempre irá abriendo nuevas puertas; lo importante es saber a dónde conducen esas puertas. Y luego tener fuerza para emprender el camino que se ve desde ellas.”

“Un cuadro no se acaba nunca, tampoco se empieza nunca, un cuadro es como el viento: algo que camina siempre, sin descanso.”

“Cuando me coloco delante de un lienzo, no sé nunca lo que voy a hacer; y yo soy el primer sorprendido de lo que sale”.

“Lo que estoy buscando es un movimiento inmóvil, algo que sería el equivalente de lo que se llama la elocuencia del silencio”.

Joan Miró, pintor catalán (1893-1983)


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Cuidemos el idioma 39


AMAR LAS PALABRAS
Ivonne Bordelois

Es verdad que se escribe, cuando se escribe para la felicidad propia y ajena, por amor a las palabras; pero sería relevante comenzar explicando lo que este amor por las palabras no significa. No significa sepultarse en diccionarios, seguir arduas carreras de filología o lingüística, doctorarse en letras en alguna nebulosa universidad del hemisferio norte. No significa preguntarse si se dice "yo apreto" o "yo aprieto", "yo enredo" o "yo enriedo".

Significa saber que las palabras son como personas que nos asisten y presencian noche y día, que están alrededor nuestro en ciertas circunstancias, como seres atentos, siguiendo nuestros propósitos afectivos o comunicativos, como amigos o amantes cordiales y gentiles. Pueden asimismo ser amantes o amigos esquivos y enigmáticos, apuntando a nuestras ignorancias o carencias. Pero también, unos y otros, como todos los amigos y todos los amantes, deseando reciprocidad. Deseando que las escuchemos. Deseando que las interpretemos.

¿Qué significa escuchar las palabras? Yo diría que es estar atento a ese núcleo primero y lejano que a la vez las constituye. Hay que pensar en las palabras como esas granadas enterradas luego de una guerra que, pisadas por descuido, estallan y producen catástrofes. Las palabras son como granadas enterradas bajo el polvo de los siglos. Son granadas inversas: cuando se escarba ese polvo -escarbar es "escrutar" y "escribir", ambas palabras provienen del mismo árbol genealógico-, cuando se las desentierra, explotan, no en estallidos asesinos, sino en estallidos de sentidos durmientes de pronto resucitados.

Hablo de esa energía oculta, aletargada, que se llama la raíz de una palabra. Cuando descubrimos su raíz, la palabra se pone a hablarnos de una manera reveladora, de una manera magnética. Es sorprendente percibir algunas de las interpelaciones que nos dirigen las palabras. Pienso, por ejemplo, en palabras como piropo : "ojo de fuego", anorexia : "ausencia de deseo" o amamantar , que comparte su raíz con amor. Lo que nos dicen, por ejemplo, las lenguas indoeuropeas es que el sexo tiene que ver con la ira y la locura antes que con el amor, que el amor se relaciona con la maternidad antes que con la pareja; que el varón, con la violencia; la mujer, con la felicidad, y la familia, con la esclavitud. Pocos son capaces de escucharlas en su verdadera profundidad, nos parece: los etimólogos tradicionales se calzaron guantes tan espesos para tocar las palabras, que perdieron todo contacto con la electricidad intensísima que transporta el lenguaje.

Se entra, a través de la etimología, en un espacio semejante a una catedral de vitrales antiquísimos que se animan con los rayos del sol y arrojan nuevas luces sobre el pavimento, permitiéndonos reelaborar viejas historias, urdir nuevas alabanzas, inventar nuevos coros, adentrarnos en una sabiduría anciana y renovadora, tradicional y revolucionaria a la vez. No entramos solos, sino en compañía de legiones de sabios que recorrieron antes que nosotros los jardines de senderos que se bifurcan: las galerías del sánscrito, los recovecos del hitita, las cavernas iluminadas del hebreo, los palacios del griego, las salas retumbantes del latín.

Nosotros, los modernos, entramos con equipos de poetas, de expertos en mitología, en historia, en hermenéutica, con los grandes profetas del psicoanálisis y los adalides de la lingüística. Entramos bajo la sombra poderosa de Jorge Luis Borges, amante de las etimologías, aquel que preguntado acerca de su oficio, a los veinticinco años, contestaba: políglota.

Entramos y nos adentramos en este territorio, siempre nuestro aunque apenas reclamado, el de la historia de las palabras que más entrañablemente nos expresan y a veces parecen traicionarnos, como esas abuelas de las cuales la familia guarda memoria de secretos escandalosos e irrepetibles, que sólo llegaron a nosotros como distantes murmullos apenas escuchados. De esas abuelas heredamos, sin embargo, inescrutables gestos, conocimientos tácitos, pasiones imprevisibles: un testamento irrenunciable.

Entramos con temor, entramos con temblor, entramos con amor porque confiamos en las energías sapienciales de las lenguas humanas que están allí para decirnos y para constituirnos. Y entramos con alegría y esperanza, porque el territorio que se nos brinda es inabarcable, es inacabable. Esta procesión que formamos reverencia al lenguaje, lo reconoce como su tesoro inalienable, pero no se detiene en solemnidades innecesarias. Va excavando cada día nuevos materiales y los arroja a la red como señales de vida, de alimento y de asombro, para que todos participen de nuestro deslumbramiento.


Fragmentos del artículo “El aroma de lo indecible”, publicado en lanacion.com. ADN Cultura del 2 de abril de 2010.

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lunes, 6 de junio de 2011

¡Volvió cine cuentero! (25)

Después de tanto tiempo de no verte...

Navegando por Internet, nos encontramos con este lugar interesante: Cineol. Dénse una vuelta, amantes de las películas sobre cuentos. Vale la pena:

"Con el estreno esta semana de Caperucita Roja y las películas que se nos vienen encima (dos versiones de Blancanieves, Hansel y Gretel como cazadores de brujas…), está claro que en Hollywood están volviendo a mirar a los cuentos tradicionales como fuente de inspiración para sus películas. Pero no todas las adaptaciones tienen que ser fieles, o estar dirigidas a niños, como las de Disney. De hecho, en este TOP10 DE CINEOL reivindicamos que puede haber otro tipo de cintas."

Hacé clic en: