sábado, 6 de octubre de 2007

Crónicas contables 7

Hoy: De maratones y amigos de papel.

El viernes 5 de octubre, compartimos un encuentro con nuestros amigos los libros en el Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de la Quinta Maratón Nacional de Lectura promovida por la Fundación Leer, tal como anunciáramos hace días en este blog.

Aquí en Buenos Aires, fue un día de lluvia e, incluso, granizo. Daban ganas de quedarse en casa. Sin embargo, nuestros amigos los libros hicieron salir a mucha gente que se sumó al encuentro. Casi nos quedamos sin sillas para acomodarlos a todos, y eso que el salón era amplio y cómodo. Pasamos una tarde agradable y el objetivo del evento se cumplió con creces: nos leímos textos de importancia subjetiva para cada uno de los presentes, nos escuchamos, compartimos algo bello y conocimos nuevos amigos de papel (y de los otros también).

Hay una escritora norteamericana de ciencia ficción que se llama Ursula LeGuin y que está convencida de que leemos libros para descubrir quiénes somos. Lo que otras personas reales o imaginarias hacen, piensan y sienten es una guía esencial para comprender lo que somos y en qué nos podremos transformar. Las historias, los cuentos, los relatos son una de las herramientas básicas que inventó la mente del hombre para obtener comprensión y entendimiento. Han existido grandes sociedades en la historia de la humanidad que nunca usaron la rueda, nunca la descubrieron, pero no ha existido ninguna sociedad en la que no se contaran historias.

Ursula LeGuin también afirma que cuando abrimos un libro e ingresamos en su universo único, estamos de acuerdo en volvernos insanos por un rato, consentimos en pensar y existir según los preceptos de ese mundo de papel contenido en el libro que estamos leyendo.

Como anfitriona del encuentro, invité a los presentes a entrar en este estado alienado, y la concurrencia respondió con gusto. Fue así que vino Cortázar, Graciela Cabal, Benedetti, Oliverio Girondo, Borges. También apareció un mito griego y un cuento atribuido a Einstein. Un Villano hizo de las suyas, como no podía ser de otra manera, aunque medio ruborizado entre tantas luminarias. También se dieron una vuelta las memorias del Dr. Maradona (el médico) y algunos relatos de escritores noveles y desconocidos (por ahora), que se trajeron también a sus autores. En suma, fue un encuentro muy emotivo. Saber que, en ese mismo momento, en el resto de la Argentina mucha gente estaba haciendo lo mismo que nosotros dio a esta reunión un sabor muy especial. En breve subiremos las fotos que nos sacamos abrazados a nuestros amigos de papel. Gracias a todos.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Olá Gabriela,
quero que saibas que deverá haver, como eu,muita gente por esse mundo fora que aprende e lê, com muito prazer, o que vocês vão escrevendo,
obrigado,
Carlos Canhoto

mail - antoniotrales@sapo.pt

PS:também escrevo (Portugal)para jovens e crianças - O Monte Secou - Barbatanar nas cores do arco-íris -