La duda (Doubt) es una película estrenada en 2008, escrita y dirigida por John Patrick Shanley, basada en su obra de teatro homónima ganadora del Pulitzer. En el elenco se destacan Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis, todos nominados al Oscar en 2009.
La historia está ambientada en una iglesia católica del Bronx, Nueva York, un año después del asesinato del presidente Kennedy, y trata temas como la naturaleza y el efecto destructivo de la duda; religión, moralidad y autoridad; desigualdad de género y de raza; y abuso infantil. El título está muy bien puesto; así queda el espectador al final de la película: dudando sobre la cualidad moral ambigua del personaje del cura católico: ¿abusador y corruptor de menores u hombre justo acusado injustamente? ¿Sacerdote progresivo o depravado? Dudar es humano. Y como bien dicen en la película, la duda puede ser un lazo entre los seres humanos más fuerte que el temor. Y, para empeorar las cosas, la certeza es un sentimiento, no un hecho.
A los amantes de la narración oral les interesarán dos escenas: al principio de la película, durante la misa, el padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) cuenta la historia de un marinero, único sobreviviente de un naufragio. Ese cuento dentro del sermón ayuda al sacerdote a hacer reflexionar a sus feligreses, en este caso sobre la duda y la crisis de fe. Más adelante, en otro sermón cuenta, con idéntico propósito, otra historia sobre la naturaleza y efectos del rumor. Es muy interesante percibir los cambios sutiles de registro vocal que hace el actor cuando habla como el narrador de esta última historia (el padre Flynn) y cuando narra como el personaje del sacerdote del cuento y como una anciana que va a confesarse, sin que los tres personajes se confundan en ningún momento del cuento. Matices, sentimiento y sutileza.
Dejando de lado estos detalles cuenteros, se trata de una película muy buena que sigue dando vueltas dentro del espectador después de haberse prendido las luces de la sala y que estimula el debate entre amigos después de la proyección. De eso no cabe duda.
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La historia está ambientada en una iglesia católica del Bronx, Nueva York, un año después del asesinato del presidente Kennedy, y trata temas como la naturaleza y el efecto destructivo de la duda; religión, moralidad y autoridad; desigualdad de género y de raza; y abuso infantil. El título está muy bien puesto; así queda el espectador al final de la película: dudando sobre la cualidad moral ambigua del personaje del cura católico: ¿abusador y corruptor de menores u hombre justo acusado injustamente? ¿Sacerdote progresivo o depravado? Dudar es humano. Y como bien dicen en la película, la duda puede ser un lazo entre los seres humanos más fuerte que el temor. Y, para empeorar las cosas, la certeza es un sentimiento, no un hecho.
A los amantes de la narración oral les interesarán dos escenas: al principio de la película, durante la misa, el padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) cuenta la historia de un marinero, único sobreviviente de un naufragio. Ese cuento dentro del sermón ayuda al sacerdote a hacer reflexionar a sus feligreses, en este caso sobre la duda y la crisis de fe. Más adelante, en otro sermón cuenta, con idéntico propósito, otra historia sobre la naturaleza y efectos del rumor. Es muy interesante percibir los cambios sutiles de registro vocal que hace el actor cuando habla como el narrador de esta última historia (el padre Flynn) y cuando narra como el personaje del sacerdote del cuento y como una anciana que va a confesarse, sin que los tres personajes se confundan en ningún momento del cuento. Matices, sentimiento y sutileza.
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