Reportaje público a Adela Basch, escritora de literatura infantil y editora.
En el Museo Parlamentario de Buenos Aires, el 16 de agosto de 2007, organizado por el Programa Bibliotecas para armar y moderado por el también escritor Mario Méndez, se desarrolló la segunda jornada del seminario sobre Literatura infantil y juvenil con un reportaje público a Adela Basch, poeta, dramaturga, cuentista y editora argentina. He aquí una parte interesante del reportaje de casi dos horas:
“P.: Muchas veces se escucha que a los autores no les agrada demasiado que los narradores, famosos y no famosos, hagan interpretaciones de sus obras.
“A. B.: ¡Porque se piensan que los textos deben ser leídos como están! Yo no pienso eso. A mí me importa tres pepinos que lo cambien o no lo cambien. Y eso lo aprendí por experiencia de autora de teatro. Cuando se estrenó mi primera obra de teatro, yo pretendía -bruta, ignorante de mí e inexperta- que los actores dijeran todo el texto tal cual yo lo había escrito, porque para colmo yo lo había escrito con rima. Me preguntaba: “¿para qué me maté escribiéndolo si al final morcillean? Me di cuenta enseguida de que ésa era una postura absurda y a contramano de la realidad. Si yo escribo una obra de teatro y no soy capaz de subirme al escenario y actuarla, y hay una grupo de personas que sí, el texto se lo tienen que apropiar, siempre y cuando no le cambien el sentido, que sé yo, no podés hacer Hamlet poniendo que nadie envenenó a nadie, por ejemplo. Una vez que el autor termina de escribir la obra, un grupo de teatro tiene que apropiarse de ella, porque son ellos los que ponen el cuerpo, los que ponen la voz, y la obra les pertenece. Lo mismo pasa con un narrador. Si yo no quiero que la cambien, entonces debo decir: “no lo narres”. Pero si un narrador va a narrar un cuento, debemos considerar que son dos lenguajes diferentes, el escrito y el oral, y requiere una adaptación, una interpretación. ¡Yo no puedo pretender que las cosas sean como a mí me da la gana! Ya soy bastante afortunada de poder escribir, expresarme con la escritura. ¡Si quieren hacer algo que lo hagan! No tengo un sentido de apropiación personal, porque yo sea la autora yo no soy la que sabe cómo es mejor contar un cuento mío, si yo ni siquiera soy narradora oral, no soy actriz, apenas si a duras penas a veces consigo escribir algo. Que hagan lo que quieran, seguramente lo van a hacer bien.”
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