sábado, 27 de octubre de 2012

Reflexiones: La literatura es curativa


Fragmentos de una entrevista a la escritora Nicole Krauss realizada por Marina Mariasch.

(…)
—¿Qué es aquello que encuentra en textos de otros que los hace interesantes? ¿La dinámica, lo sorpresivo, aquello que hace a la literatura en el texto?
—Para mí, lo que hace interesante a la buena literatura son muchas cosas, pero lo primero que me viene a la mente es la idea de que, en algún sentido, uno puede reconocerse a sí mismo, no quién es exactamente, pero sí la esencia de quién es, y eso, al mismo tiempo, nos da un sentido de revelación, una suerte de reconocimiento de la realidad. Poder leer una frase en un párrafo de un libro y sentir "Dios, esto es exactamente lo que yo siento". Siempre sentí eso, no sé, es como sentir, por ejemplo, estar caminando por una calle oscura en la noche, y ver una luz en una ventana. Uno está solo y desearía estar adentro. Y, al mismo tiempo, el libro nos brinda una increíble revelación. Para mí es una extraña combinación.

—¿Entonces encuentra ese efecto más bien en el nivel del sentido que en el de la forma?
—Bueno, podría pensar sobre esto durante horas, y por supuesto que nunca es una sola cosa. El sentido y la forma están, ambos, siempre, al servicio de su literatura, de sus metas. La buena escritura, o la bella escritura, no aportan realmente nada, no valen en sí mismas. Uno puede decir "qué lindo, qué adorable", pero no suma finalmente nada excepto que esté trabajando al servicio de algo más grande, en pos de una idea mucho más ambiciosa. La buena literatura es diferente en cada caso, es una exploración sobre la humanidad. Para mí, se trata de llegar a lugares a los que es muy difícil llegar, para mí misma, y supongo que finalmente también para los lectores, y no siempre los libros nos llevan a los lugares que usualmente queremos y, al mismo tiempo, nos desesperamos por llegar ahí. Necesitamos, sí, buen lenguaje, formas interesantes, originalidad y todo ese tipo de cosas, pero hay más herramientas para ayudarnos a hacer esta idea más grande.

—Lo que dice suena de alguna manera cercano al psicoanálisis: lleva a lugares adonde uno no quiere llegar pero tal vez necesite alcanzar.
—Sí, lo sé, podría disfrutar más las sesiones de terapia. Adoro leer un buen libro, una buena historia. No es medicinal, quiero decir, no en el sentido de la terapia. A nadie le gusta tener que curarse a uno mismo, o pensar en que tiene problemas. Creo que leer es un increíble medio para curarse a uno mismo. Leyendo una buena historia que te entretiene, donde te perdés en los personajes, te vas de viaje, te reís, llorás, todo al mismo tiempo y, en otros niveles más profundos, si se trata de un muy buen libro, hasta genera renovaciones en tu persona, en quién sos, en abrir puertas que no han sido abiertas por años, o décadas, o desde siempre. Puede ser revelador, pero no es tan doloroso porque no estás siempre consciente.

—¿Entonces piensa que la literatura, en línea con Boecio, puede brindar cierto consuelo?
—Yo creo que la literatura puede ser curativa. Bueno, tal vez finalmente no cura, tal vez sea una ilusión. Quisiera no creer en que lo sea, pero creo que permite sentir que uno está conectado con otras personas. Pienso que en nuestro mundo, siempre, pero especialmente hoy, hay una gran soledad, un enorme sentimiento de no saber cómo conectarse o conocer a otra gente, de estar algo perdido. Leyendo se genera una profunda relación e intimidad con el escritor y con los personajes y sus vidas, y eso es una suerte de cura. No digo que uno siempre se sienta mejor al finalizar un libro, pero siempre pienso que uno aprende acerca de la empatía, de la compasión, de cómo ser con otras personas. Y es extraño, porque en general uno está solo cuando lee.

Fuente: Clarin.com, 30 de junio de 2010.


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