Eduarda Mansilla (1834-1892) nació en Buenos Aires, dentro de la clase alta de origen hispano-criollo. Perteneció, por el lado materno, a una familia en la que las mujeres (su abuela Agustina López de Osornio, su tía Encarnación Escurra, su prima Manuela Rosas, su madre Agustina Rosas de Mansilla) tomaban decisiones económicas y políticas y tenían una opinión influyente, no sólo en asuntos domésticos, sino también en la vida pública. Recibió una educación excepcional para una joven de su época y salió al mundo sin mayores complejos, ni por su condición femenina ni por provenir de un remoto y joven país sudamericano (después de todo, era la sobrina de Juan Manuel de Rosas, que había resistido los bloqueos de Francia y de Inglaterra, y ella misma –siendo aún una niña- había oficiado como intérprete de su tío ante el conde Walewski, embajador francés).
Su hermano Lucio escribió Una excursión a los indios ranqueles (1870) y Eduarda, autora bilingüe, entre otras obras publicó una novela en francés (Pablo, ou la vie dans les Pampas, 1869), cuyo gran tema es el desamparo de las mujeres –ineducadas y solas- en esas pampas, y el trágico destino de las madres a las que la guerra civil les arrebata sus hijos, es decir, lo único que las justifica ante la sociedad.
Viajera y políglota, Eduarda Mansilla fue, como pocos, una traductora y una intérprete de idiomas y también de culturas, tal vez por haber sido esposa del diplomático argentino Manuel Rafael García. El trabajo de traducción cultural no es, en su escritura, reproductivo, sin productivo. No propone la copia de originales preexistentes. Propone otros originales. Una de sus notables innovaciones en este sentido, es haber sido la primera autora en la Argentina de un libro (Cuentos, 1880) pensado y escrito para los niños de su propio país.
“Sólo he intentado producir en español lo que creo no existe aún original en ese idioma: es decir el género literario de Andersen. ¿Cuál ha sido mi objeto al componer estos cuentos? Debo confesarlo, aun cuando la pretensión parezca superior a mis fuerzas. ¡Vivir en la memoria de los niños argentinos! (...) La acogida benévola que tuvo Chinbrú, publicado en folletín, acentuó en mí la idea que desde Europa me atormentaba tiempo há, cuando mis hijitos que adoran a Andersen devoraban ávidos las obras de la Condesa de Ségur, tan popular en Francia. Casi con envidia veía el entusiasmo con que esas inteligencias, esos corazones que eran míos, se asimilaban sentimientos e ideas que yo no les sugería; y más de una vez traté de cautivar a mi turno con mis narraciones, al grupo infantil.” (Mansilla, E. Cuentos. Buenos Aires. Imprenta Juan A. Alsina. 1880. V-VII).
Sin rechazo chauvinista ni admiración irrestricta por lo extranjero, la mirada de Eduarda Mansilla va de un lado al otro, sopesa y valora, para desembocar en un proceso innovador que conduce a la autoafirmación de la voz autorial, capaz de crear un espacio único desde donde hablar por cuenta propia.
Fragmentos de la nota titulada “Eduarda Mansilla. Traductora impertinente y apasionada”, de María Rosa Lojo (escritora, investigadora del Conicet), publicada en la revista CTPCBA número 100, noviembre-diciembre de 2009, págs. 47-49.
Si mi trabajo te resultó útil y de valor, comprá alguno de mis libros para regalar o para regalarte. Tu contribución y apoyo ayudarán a mantener los servicios de calidad de este blog. Consultá “Mis libros”. Gracias. G.V.
Su hermano Lucio escribió Una excursión a los indios ranqueles (1870) y Eduarda, autora bilingüe, entre otras obras publicó una novela en francés (Pablo, ou la vie dans les Pampas, 1869), cuyo gran tema es el desamparo de las mujeres –ineducadas y solas- en esas pampas, y el trágico destino de las madres a las que la guerra civil les arrebata sus hijos, es decir, lo único que las justifica ante la sociedad.
Viajera y políglota, Eduarda Mansilla fue, como pocos, una traductora y una intérprete de idiomas y también de culturas, tal vez por haber sido esposa del diplomático argentino Manuel Rafael García. El trabajo de traducción cultural no es, en su escritura, reproductivo, sin productivo. No propone la copia de originales preexistentes. Propone otros originales. Una de sus notables innovaciones en este sentido, es haber sido la primera autora en la Argentina de un libro (Cuentos, 1880) pensado y escrito para los niños de su propio país.
“Sólo he intentado producir en español lo que creo no existe aún original en ese idioma: es decir el género literario de Andersen. ¿Cuál ha sido mi objeto al componer estos cuentos? Debo confesarlo, aun cuando la pretensión parezca superior a mis fuerzas. ¡Vivir en la memoria de los niños argentinos! (...) La acogida benévola que tuvo Chinbrú, publicado en folletín, acentuó en mí la idea que desde Europa me atormentaba tiempo há, cuando mis hijitos que adoran a Andersen devoraban ávidos las obras de la Condesa de Ségur, tan popular en Francia. Casi con envidia veía el entusiasmo con que esas inteligencias, esos corazones que eran míos, se asimilaban sentimientos e ideas que yo no les sugería; y más de una vez traté de cautivar a mi turno con mis narraciones, al grupo infantil.” (Mansilla, E. Cuentos. Buenos Aires. Imprenta Juan A. Alsina. 1880. V-VII).
Sin rechazo chauvinista ni admiración irrestricta por lo extranjero, la mirada de Eduarda Mansilla va de un lado al otro, sopesa y valora, para desembocar en un proceso innovador que conduce a la autoafirmación de la voz autorial, capaz de crear un espacio único desde donde hablar por cuenta propia.
Fragmentos de la nota titulada “Eduarda Mansilla. Traductora impertinente y apasionada”, de María Rosa Lojo (escritora, investigadora del Conicet), publicada en la revista CTPCBA número 100, noviembre-diciembre de 2009, págs. 47-49.
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1 comentario:
Sra.:
GABRIELA VILLANO
He leído en su blog, una estampa sobre Eduarda Mansilla de García.
Como investigadora en Literatur InfantoJuvenil, estudié su obra,
y en especial sus CUENTOS para niños, a través de una copia, porque
nunca encontré el original, aún buscando en bibliotecas porteñas.
(Después, me enteré que lo tienen en La Nube, pero no pude volver).
Me alegra que revalorice a esta olvidada escritora, valiosa para su tiempo,
aunque en la actualidad no se adecua para la lectura de los chicos.
La felicito sinceramente por este rescate.
LIC. LIDIA MARÍA FORMIGA DE TOSCO
CÓRDOBA- ARGENTINA
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