domingo, 10 de enero de 2010

Cine cuentero 24: Héroe

Películas que hacen referencia a los narradores orales o al arte de narrar.


Héroe es una película china de 2002 dirigida por Zhang Yimou (Sorgo rojo, Raise the red lantern), hablada en mandarín y ambientada en el 200 AC, antes de que se construyera la Gran Muralla. Estuvo nominada al Oscar en la categoría “Mejor película en idioma extranjero”, en 2003.

Cuenta la historia de un soldado Sin Nombre (Jet Li) quien, después de derrotar a varios asesinos que querían liquidar al Rey de Qin (Chen Daoming), se presenta para reclamar su recompensa por haber salvado al reino del colapso. La película nos muestra la conversación de Sin Nombre con el Rey, que sería la historia marco en color negro (desde los trajes y uniformes hasta los caballos del rey).

Como en un juego de cajas chinas, Sin Nombre le cuenta al Rey cómo hizo para derrotar a esos asesinos. Esta primera historia se presenta en flashback, en tonos rojos y amarillos. Cuando Sin Nombre termina su narración (otra vez volvemos al palacio ambientado en negro), el Rey no le cree y le cuenta su propia teoría de cómo sucedieron los hechos. Entonces aparece otro flashback con la historia que cuenta el rey en tonos de azul. Volvemos al salón del trono en negro, y Sin Nombre ahora le cuenta la verdad al rey, en un flashback ambientado en tonos blancos. Dentro de ese flashback aparece otro, esta vez narrado por uno de los asesinos, que se presenta en tonos verdes. Cada toma es una verdadera obra de arte, con imágenes que, seguramente, van a perdurar en la memoria del espectador.

Tenemos, entonces, una película que funciona como un prisma, dividida en cinco secciones o historias sobre cómo un asesino anónimo supera a tres guerreros rivales. Cada relato se presenta con un color distinto, al estar coloreado por las percepciones subjetivas de quien lo cuenta, y la misma historia se relata tres veces (dos versiones son falsas) desde ángulos distintos, al mejor estilo Rashomon.

Esta es algo más que una película de artes marciales, es un drama con una historia de amor trágico, lleno de esplendor visual, que explora temas como la venganza, el bienestar común por encima de la conveniencia individual y la paz por sobre los objetivos personales. Ha generado controversias porque muestra, según algunos, el triunfo de la seguridad y la estabilidad de un país sobre la libertad y los derechos humanos de sus habitantes. Hay posturas para todos los gustos, pero, por lo menos, algo hace esta película; no es de las biodegradables.

Tengan en cuenta que proviene de una cultura distinta de la occidental y que está basada en una leyenda. Precisamente por eso, los guerreros pueden emprender hazañas reñidas con los límites humanos y la gravedad, una de las convenciones del género de artes marciales. Resta definir, cada uno, si la decisión que tomó Sin Nombre al final de la película fue la correcta. Pero ésa es otra historia.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Gabriela, fui al cine el otro día y me acordé de vos porque vi una película donde la narración oral es muy importante también y es El imaginario mundo del Dr Paranassus.

Te mando un abrazo y espero verte en el encuentro.



Paula Martín

Anónimo dijo...

Gabriela:
Quería comentarte acerca de la película "El imaginario mundo del Dr Parnasuss". Es una película que debería ver toda persona entre 15 y 100 años que tenga imaginación, así que entiendo que los que visitan tu blog y especialmente los narradores deberían verla.
El cuento es viejo y remanido, el hombre que vende su alma al diablo a cambio de la inmortalidad y/o otros poderes. Lo que no es tan remanido es que el poder que tiene quien vende su alma, es el de mostrarle a la gente lo que tiene en su cabeza y en ese juego, el espectador accede a diversos mundos jamás imaginados, o sí, pero no importa porque son hermosos, o trágicos, pero variados y terriblemente coloridos. Es para ver en una pantalla GRANDE, por eso les aconsejo ir a verla al cine.
Lo que me decidió a recomendarla en esta sección, es la parte donde se ven unos monjes que cuentan la historia, su vida les va en ello, si uno se calla otro la sigue, porque están totalmente convencidos que si dejan de contar la historia, el mundo se acaba. Igual que los naradorres, ¿no?

Besos

Sara Wachler