LENGUAS EN RIESGO. HABLAR EL MISMO IDIOMA QUE SUS PADRES Y ABUELOS ES, PARA MILES DE ARGENTINOS, UNA PRÁCTICA EN EXTINCIÓN. LA DISCRIMINACIÓN EN LAS AULAS Y EL DERECHO A LA IDENTIDAD.
Segunda parte
Una mirada más cercana y exacta del panorama lo puede dar la investigación Diagnóstico socioeducativo de los niños, niñas y adolescentes indígenas de Argentina, elaborada por Unicef sobre la base de la encuesta complementaria de Pueblos Originarios realizada por el Indec en 2004-2005.
Según este informe, en la Argentina, la población indígena asciende a más de 600.000 personas, organizadas en 31 pueblos. “Los cuatro pueblos numéricamente más grandes son el mapuche (113.680 personas), el kolla (70.505), el toba (69.452) y el wichi (40.036). Ellos concentran el 60% de la población que se reconoce como perteneciente a un pueblo indígena”.
“El diaguita (o diaguita calchaquí), el ava guaraní, el guaraní, el tupí guaraní, el mocoví y el huarpe tienen poblaciones que varían entre 15.000 y 30.000 personas”, detalla.
La supervivencia de la lengua y el grado de uso varía según la comunidad. «En un número significativo de pueblos, sólo una minoría habla y entiende su lengua originaria», explica la investigación coordinada por la especialista en educación Elena Duro. «Entre los mapuche y los kolla, sólo alrededor del 2% habla habitualmente su lengua. En cambio, los pilagá, los wichi y los chorote se comunican de manera mayoritaria en su lengua originaria. En otros casos, como los mbyá guaraní, que residen en Misiones, ocho de cada diez emplean cotidianamente la lengua nativa para comunicarse. Algo similar ocurre con los toba, quienes hablan en su lengua de forma habitual», analiza.
«La lengua es un fuerte componente constituyente y constitutivo de las identidades personales y sociales», afirma Lucía Golluscio, especialista en lenguas indígenas y responsable académica del Archivo Digital de Recursos del Lenguaje del Conicet. En la ponencia Lenguas en peligro, pueblos en peligro en la Argentina: aportes a la educación bilingüe desde la lingüística de la documentación, presentada en el VII Congreso Latinoamericano sobre Educación Intercultural Bilingüe, explica: “Por ese profundo poder que aporta la lengua del mundo para sus hablantes es que los pueblos conquistadores no se equivocaron (…) El lingüicidio acompañó el genocidio en América. Nada más que en el Chaco argentino, donde se supone que se hablaban alrededor de 22 lenguas cuando llegaron los europeos, ahora se registran 10.”
“En la Patagonia, el exterminio imprimió sus huellas profundas en la situación sociolingüística actual: de todas las lenguas vernáculas registradas por misioneros, estudiosos y viajeros, sólo el mapudungun se sigue hablando, con distintos grados de vitalidad”, advierte.
Fragmentos del artículo de Elisabet Contrera. Fuente: Revista Acción. Abril de 2011.
Más información: www.acciondigital.com
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